Leamos estos pasajes tomados del libro “Agua de la Roca” y si queremos imprimir o continuar la lectura hagan click aquí tiene el documento en Word.
Y si desean verlo con ilustraciones, hagan click acá.
66. En esta relación con Dios nos sentimos amados incondicionalmente. Un amor que nos conduce a una relación cada vez más profunda con Él y con toda la vida.52 Con María experimentamos la vida como un don maravilloso de Dios: Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.53
67. Sin embargo, nos descubrimos nuevamente hambrientos, ya no de significado y objetivo, sino del deseo de conocer a Dios más y más y de convertirnos en su presencia amorosa en los encuentros de nuestra jornada.
68. Con su modo de vida, Marcelino ayudaba a los primeros hermanos a descubrir la presencia amorosa de Dios. Hoy en día nos sentimos igualmente inspirados por el testimonio de muchos hermanos y laicos maristas que encuentran a Dios en las experiencias cotidianas, disfrutan de su presencia, escuchan la invitación a ‘ser amor de Dios’ para el mundo y, como María, dan un ‘sí’ con generosidad.
69. Jesús nos muestra cuán profundamente se conmueve Dios por las necesidades y el dolor de las gentes, especialmente los “pequeños” del mundo. A medida que nuestras vidas se van centrando en la relación con Dios, también nosotros nos llenamos de su compasión y nos sentimos impulsados al servicio de los necesitados, especialmente entre los jóvenes.
70. Esta postura ante la vida, hecha de pasión por Dios y compasión por su pueblo, es nuestra espiritualidad en acción; en cada etapa de la historia suscita un determinado estilo de presencia, un modo de estar con Dios y para Dios en nuestro mundo.
jueves, 14 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario