COMO HERMANOS Y HERMANAS
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros.
Tanto Jesús como Marcelino Champagnat, en su testamento espiritual, invitaron a sus seguidores a la comunión y la comunidad. Jesús expresó esta invitación mientras compartía la última cena con sus discípulos. Para los cristianos, la mesa del Señor se ha convertido desde entonces en un símbolo central de comunión y donación personal.
Cuando construimos comunidades y las dotamos de estructuras que apoyen su vitalidad, debemos compartir y vivir una espiritualidad.
Ámense los unos a los otros, como yo les he amado.
La espiritualidad marista inspira nuestra manera de comprender y vivir lo que Jesús nos mandó y lo que Champagnat soñó para nosotros. La vivencia de la Eucaristía se sitúa en el centro de nuestra vida de comunidad y de nuestro modo de relacionarnos. Nuestra espiritualidad es comunitaria, se expresa y se vive mejor cuando estamos reunidos como familia o comunidad.
En esto conocerán que son mis discípulos.
Las palabras hermano y hermana expresan de manera muy rica el estilo marista de relacionarnos.
Como compañeros de camino, llamados a construir comunidades portadoras de vida, nos sentimos inspirados por las palabras de Marcelino, nuestro fundador:
Os encarezco, queridos hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que vosotros me profesáis, que os comportéis de tal modo que la caridad reine siempre entre vosotros. Amaos unos a otros como Cristo os ha amado. No haya entre vosotros sino un solo corazón y un mismo espíritu. ¡Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: Mirad cómo se aman! Es el deseo más vivo de mi corazón en estos últimos instantes de mi vida. Sí, queridos hermanos míos, escuchad las últimas palabras de vuestro padre, que son las de nuestro amadísimo Salvador: Amaos unos a otros.
Miren cómo se aman.
Los invitamos a reflexionar:
¿Qué actitudes o virtudes practico? ¿Cómo me hago presente ante los demás?
Y PARA VIVIR PLENAMENTE LA ESPIRITUALIDAD MARISTA RECOMENDAMOS:
Encuentro con Dios en la historia de cada día POR
Vanderlei Soela (HAZ CLICK)
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